Monday, February 27, 2006

El corazón de Bielorusia


"En la vida hay amores que nunca pueden olvidarse....." así dice la canción de Luis Miguel y tiene toda la razón. Muchas veces conocemos a personas que se vuelven de alguna manera, nuestro amor, ya sea platónico o real y muchas veces esos amores se esfuman sin darnos siquiera la oportunidad de disfrutarlos o al menos de intentarlo. Esos amores fugaces que nos dejan dolido el corazón y al mismo tiempo fascinados, que nos llenan de lágrimas y de alegría. Esos amores por los que uno podría darlo todo, con tan solo una mirada, un gesto, una palabra, un minuto de ternura.....muchas veces nos ciegan al grado de no ver más allá de lo que realmente es y mejor dicho de lo que no puede ser. Movemos cielo, mar y tierra con tal de obtener o recuperar ese amor a costa de nosotros mismos, dandonos cuenta que la única salida para esa enfermedad llamada amor o enamoramiento es poner distancia de por medio y romper todo vínculo. Pero también hay circunstancias en las que uno quisiera no haber vivido ese tipo de romance o mejor dicho no querer aceptar esas circunstancias. Complicado verdad? Desgraciadamente el amor es así: difícil de entender y sobrellevar. Pero quién dijo que sería fácil? para algunas personas puede serlo, pero para los eternos enamorados y soñadores como yo, las cosas del querer nunca han sido fáciles.
Esta es la historia de Sergej, "el corazón de Bielorusia", como yo lo bauticé. Bueno, tampoco es una historia, es sólo en corto, una narración de lo que esos "amores" nos dejan. Si tuviera que escribir la historia de lo vivido con Sergej, tendría que escribir un libro, y como no es el caso, aquí va:
Sergej no es lo que se dice "mi tipo de hombre", tiene sus defectos, pero también sus virtudes. Al principio de nuestra "relación" se notaba ya que las cosas entre nosotros no andaban bien, pero yo era feliz. Me sentía que todo lo podía lograr y que la vida, mi vida, por fin tenía un sentido y un nuevo impulso para seguir luchando. Sergej me gustaba tanto....me hizo regresar a mi adolescencia, a recordar esos tiempos de nerviosismo y locura, de timidez y realidad. El simple hecho de verlo, aunque fuera por un minuto, iluminaba el día completo. El no prometía nada y yo tampoco se lo pedí, pues algo que ni yo misma me esperaba. Me sentía tan bien a su lado, no sólo por el hecho de que el estuviera conmigo, sino porque yo era realmente yo, cuando estaba con él. El mejor de mis lados salía a relucir cuando estaba con él y eso lo notaba todo el mundo. Tampoco tuvimos sexo, y yo moría por tal, pero pensaba que Sergej a su manera, buscba la mejor forma de llevar las cosas por ese camino, sin acosarme y eso me gustó y deslumbró por completo, ya que aquí entre nos, la verdad los hombres siempre quieren que uno les afloje luego, luego el calzón. Pero Sergej no. Fue un mes de altibajos, no tuve la oportunidad de conocerlo o acercarme más a él en el sentido "confianza". Creo que me tuvo miedo. No lo sé. Pero cuando se acabó, se acabó. Me sentía triste, pero no lloraba. Me dejó vacía, sin llevarse nada. Y también me dejó la esperanza de un regreso, que nunca regresó ( valga la redundancia ). Lloré una semana después y no sabía por qué. No hubo una aclaración válida en ese momento, aunque después me imagino por qué se acabó, hubo desengaños también y heridas. Pero aún así, sólo podía tener buenos deseos y sentimientos hacia él. Me sorprendió la ruptura, como también me sorprendían sus llamadas, después de terminada y nuevamente me hacía feliz el oir su voz y la posibilidad de un nuevo Re encuentro. Nunca pasó. Nuestros caminos nos llevaron a diferentes destinos y me dí cuenta y tuve que aceptar - a mi pesar - que nunca volveríamos a estar juntos. Rompí el contacto, para después recuperarlo el día de la despedida. Y mi felicidad volvió, al abrazarlo y sentirlo tan cerca. Cómo pudo acabar? Me pregunté muchas noches, pero ya no había respuestas o al menos no las conocía. El siguió su camino y yo tomé el mío. No puedo decir que lo he olvidado porque no es cierto, tampoco puedo decir que aún estoy enamorada porque no lo sé, pero siempre, de alguna manera, Sergej regresa a mi vida, a mi mente, a mi corazón. Por qué? quién sabe? Bromas macabras del destino, quizás. Pero siempre, siempre me hace feliz el saber que tampoco él me ha olvidado y que a su modo, se toma un tiempo, tal vez un minuto, para dedicarmelo a mí. Eso hace que dichos amores, al menos a mi modo de ver, sean inolvidables. Sé que nunca estaremos juntos, tal vez ni siquiera nos volvamos a ver, pero sé que él sabe, que como yo, nunca, nadie va a dedicarle tantas canciones y tanto amor, como yo en el pasado, todo se lo pude haber entregado. Mmmmh Sergej! Gracias por esa llamada. No sabes que feliz me hizo todo ese chingado día. Gracias por pensar en mí y por ser -para siempre - "el corazón de Bielorusia".

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