Sunday, April 06, 2008

Volver del Infierno

Muchas películas de terror han llevado este nombre y muchas de ellas tratan de psicópatas que la gozan matando gente y bañarse de sangre, que nunca mueren y al final siempre hay un o una sobreviviente a la cual en la secuela hay que exterminar. Otras historias en cambio, no son de psicópatas asesinos sino de personas normales que viven una vida "normal" pero no por eso dejan de ser menos espeluznantes. Los protagonistas, personas reales, con nombres reales, en situaciones reales (que muchas superan las historias de las películas) viven y sobreviven a dichas historias. Cuando se tiene que dejar un país por cuestiones x, con la esperanza de volver y de que tal vez en ese otro lugar, quizás uno pueda encontrar algo mejor para no tener que volver a sufrir como al principio al país al que se quiere regresar, se vuelven una pesadilla que ni en las películas con Freddy Krueger despertando se regresa a la realidad. Las personas son perversas, sólo las mueve una sola cosa: dinero y cuando tu no lo tienes, te tratan como a un despojo. Te hacen a un lado como a un perro sarnoso echandote a la calle sin importarles siquiera si tienes o no un lugar donde pasar la noche. Tus dificultades se vuelven nada y te dejan morir solo. Uno queda varado en un lugar donde todos son depredadores y uno tiene que ver cómo sale de esa voragine. Intentas refugiarte en los "amigos" . Pero estos "amigos" son ficticios, son seres de otro mundo que tampoco quieren ayudarte, no pueden o quizás ya se les olvidó lo que esa palabra significa pues ellos viven encerrados en su mundo perfecto, cristalizado, donde todo tiene que brillar. No hay lugar para lo opaco, pues al ver tambalearse al mundo fuera, no quieren que su pequeño mundito de cristal llegue a resquebrajarse y no permitir el paso a una realidad que ellos no estan dispuestos a aceptar. Pues sólo caben los amigos perfectos, sin problemas, con la vida arreglada, sino por ellos mismos, con la ayuda de unos terceros que tampoco se disponen a escucharte. Tu mala pata es sólo tuya. Tu tienes la culpa de todo lo que te pasa por confiado pero ¿ confiar ? ¿en quién? Siendo abandonado a tu suerte, en quién se puede confiar? Los supuestos amigos, te vuelven la espalda, se vuelven desconocidos y creen que con sólo haber dado un puñado de monedas, quedan liberados de todo compromiso. Te desean suerte, se olvidan de ti y de lo que te llegara a pasar. Se molestan de tu situación como sino supieran que no estás ahí por gusto, que todo cuanto te pase de ahora en adelante es sólo tu responsabilidad dejando de lado esa palabra que siempre te repiten y que ellos mismos ya no saben que significa: solidaridad. Uno mira y queda completamente sólo, a merced de nuevos lobos que esperan te distraigas de un momento a otro para abalanzarse sobre de ti. Las días se vuelven eternos, las noches más frías y el hambre más intensa. La esperanza de encontrar una oportunidad en un país que te trata como a un leproso, muere antes de nacer al experimentar los comentarios hirientes de sus habitantes. Pero, ¿ quiénes son sus habitantes ? Todos y nadie. Extranjeros acentados ahí desde hace años, que sabrá Dios que habrán hecho para poder quedarse. Tampoco se pregunta. No hay interés. Y los originarios de ese país, que conocidos son por ser un poco como nosotros, no existen o son muy pocos. No se conocen a muchos. Pero los que uno va conociendo dejan mucho que desear. Uno se siente más solo, abandonado, olvidado hasta por Dios. No hay dinero. No hay donde ir. Tampoco que comer. Vagar por esas calles desconocidas, frías y vacías es lo único que a uno le queda. Se llora, se grita, se maldice pero nada de esto sirve. De pronto las últimas fuerzas que a uno le quedan, los hacen seguir adelante y con el estomago vacío y el alma a punto de vaciarse se sigue buscando una salida, un recurso, una luz que nos haga despertar de esa pesadilla. Tres meses es mucho tiempo cuando uno la pasa mal, pero para otros ese fue lo que tu te buscaste y uno tiene que aceptarlo. Se llega a mitigar un poco ese abandono, pero también se vuelve una cárcel, pero una cárcel para comer y dormir es mejor que quedar a merced de las aves de rapiña que estan sueltas en esa ciudad de nadie. Tengo sueño y me siento inmensamente triste. Salir de esa pesadilla, de ese infierno parece imposible. Quiero irme a casa pero a nadie le importa y tengo que seguir quedandome en esta cárcel. Venir a este lugar no estaba en mis planes. Esos planes eran de otros, no míos y sin embargo aquí me trajeron y me abandonaron. Sí, me abandonaron literalmente. Sé que se burlarán de esto cuando lo lean. Tal vez ni les tome importancia. El egoísmo los ha vuelto de piedra. Claro, cuando uno no ha padecido hambre, frío y sueño que me importa. Ellos , refugiados en su mundo, en su casa, en su cama no les importa lo que a continuación pase. Cuando a ellos todo se los han puesto en charola de plata y no han tenido que luchar para abrirse paso en un país extraño. Claro que saben ellos !! Sólo la ilusión de volver a casa me ha mantenido de pie. Hay gente que quiero volver a ver, algunos que también quieren verme. Sueño con el regreso, pero los días son eternos, largos, aburridos. Miro las caras de las otras y todas esperamos lo mismo: despertar de esta pesadilla, regresar a casa, salir de esta cárcel. Volver del infierno.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home